martes, 30 de noviembre de 2010

NAVIDAD

FRATERNITAS ROSICRUCIANA ANTIQUA
NAVIDAD
Dr. Arnold Krumm Heller


Noche de paz.
Noche de amor.
Todo es silencio alrededor.

Es el cántico que se escucha en todo el orbe cristiano sin excepción confesional.

El solsticio de invierno en que el nuevo rayo solar penetra en la tierra es un momento solemne de paz, de amor, como es solemne el momento en que el Logos se hace carne.

Costumbre mundial se ha hecho el encender el arbolito de la Navidad imitando a los paganos germanos que veían en los árboles la personificación de las deidades y creían que los seres humanos descendían del Ask (fresno). Este Ask, Akash es la esencia divina que debe efectuar su nacimiento en nosotros.

Angelus Silesius dice: “Aunque Jesús haya nacido cien veces en Belén, mientras no nazca cristo en tu pecho nada has ganado”.

Así es. El Cristo Cósmico debe nacer en nosotros. La esencia divina debe penetrar en nuestro Belén interior. El Logos ha de descender al vientre de Maya (María), concertirse en carne y entonces nuestra redención se acerca.

Así como Cristo, el Logos, desciende del cielo o la paloma del santo Grial baja en noche de silencio, así debemos nosotros asistir silenciosos al nacimiento en nosotros para que nuestro subconsciente se haga consciente con la consciencia cósmica y nazcamos para el gran Todo.

Fana… Fana…

Es el mantram que suena la noche de Navidad y a su invocación acuden los devas y cantan “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.

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